lunes, 8 de mayo de 2017

DUENDES

EN TODOS LOS LUGARES Y CON MUCHOS NOMBRES
Los duendes son criaturas mitológicas fantásticas de forma humanoide pero del tamaño de un niño pequeño que están presentes en el folclore de muchas culturas. La etimología de su nombre proviene de la expresión “duen de casa” o "dueño de casa", por el carácter entrometido de los duendes al “apoderarse” de los hogares y encantarlos, o bien del árabe “duar de la casa” (que habita, habitante). Existen muchas variantes de duendes en varios países y culturas del mundo, aunque universalmente los más populares son los de los países célticos. Uno de los tipos más reconocidos en la actualidad es la del leprechaun, proveniente de Irlanda y popular durante las festividades de San Patricio, como las que se llevan a cabo en Estados Unidos. La imagen moderna del leprechaun es la de un hombrecillo barbado bajo, de aire alegre y a veces gruñón, vestido con atuendos de color verde, aunque en las leyendas folclóricas irlandesas su carácter era menos afable y solían vestir con ropajes rojos. Los leprechaun forman parte del ciclo de leyendas irlandesas relacionadas con los Tuatha Dé Danann. Otros tipos de duendes irlandeses son los cluricaun (aficionados a las bebidas embriagantes) y los far darrig (hombres rojos). De Escocia, otro país celta, provienen las leyendas de los hobgoblins y los puck. Estos seres son descritos como espíritus traviesos relacionados con la tierra. El hobgoblin es un ser humanoide, pequeño y peludo, que vive en las casas y hace travesuras por la noche mientras todos duermen. Al puck se le caracteriza con un aire más similar a los pixis del folclor británico, sobre todo de Cornualles. Mientras el hobgoblin es pequeño y tosco y habita en las casas de los campesinos, el puck y el pixie son más esbeltos y viven en los bosques. Otro tipo de duende del norte de las islas británicas es el brownie o urisk, similar al hobgoblin aunque un poco más pequeño, peludo y ataviado con un manto o capucha de color café, y que habita en las casas ayudando por las noches con las labores cotidianas.
En el folclor escandinavo también hay varios tipos de duendes. Los duendes escandinavos se encuentran asociados al solsticio de invierno, y en la actualidad, a la Navidad. Su apariencia moderna es la del arquetípico duende de jardín o duende navideño: diminutos, ataviados con ropajes de colores brillantes, sombreros cónicos puntiagudos y una barba larga, sin embargo, en las tradiciones folclóricas escandinavas se les describe como hombres viejos y pequeños vestidos a la usanza rural campesina, de carácter voluble, a veces alegres y traviesos, otras veces iracundos y vengativos, que tienen la capacidad de volverse invisibles o tomar diversas formas. Reciben diversos nombres según el país: tomte en Suecia, nisse en Noruega y Dinamarca, y tonttu en Finlandia. Su presencia es frecuente en la literatura escandinava, como en los cuentos de Hans Christian Andersen. En el folclor eslavo, el domovoi es un ser de pequeña estatura, cubierto de pelo, que es considerado guardián de las viviendas. Estos seres tienen el poder de transformarse en animales, como gatos o perros, o incluso puede adoptar la forma del propietario de la casa. Los eslavos solían invitar al domovoi a quedarse en las casas, pues ayuda a mantener todo en orden, mientras esté a gusto, pero, si esto cambia, el domovoi se enoja y destroza platos, cambia las cosas de sitio y gime por las nohces. Para los pueblos sajones de Inglaterra, Gales, Alemania y Países Bajos, los goblins eran criaturas monstruosas y de apariencia grotesca, a menudo de carácter malvado y egoísta, ávidas por el oro y las posesiones materiales. Eran criaturas mágicas con diversas habilidades, similares a las de las hadas o los demonios.
Los goblins aparecen frecuentemente en la literatura moderna, similar al goblin, pero de carácter más benigno y hogareño, es el kobold, perteneciente al folclor de Alemania. El kobold era parte del mundo espiritual, pero a veces interaccionaba con los humanos. Se le podía representar con formas animales, como fuego, con forma humanoide o como objetos, a veces se disfrazaban como campesinos o niños pequeños. Los kobolds podían vivir bajo tierra y trabajar como mineros, pero a veces hechizaban y vivían en castillos y barcos. Al igual que otros tipos de duendes, en ocasiones ayudaban a los hombres en las tareas hogareñas. En el folclor de Rumania, el spiriduș era una pequeña criatura cuyo carácter podía ser bueno o malo. Su apariencia es similar a la del leprechaun irlandés. El sufijo us, es un diminutivo de la palabra espíritu, en un significado más asociado al término “fantasma”. En Francia, el lutin de Normandía juega un papel similar al de los espíritus hogareños de las tradiciones de Inglaterra, Alemania y Escandinavia. El lutin también es un duende travieso, pues le gusta amarrar en trenzas las crines de los caballos. Los lutin han pasado del folclor francés a América, sobre todo en la provincia de Quebec, en Canadá, o en la leyenda del “nain rouge” (enano rojo) que hechiza la ciudad de Detroit, Michigan. El mazapégul es un tipo de duende hogareño de la región de la Romaña, en Italia. Su aspecto es la de un ser humanoide pequeño, de pelaje gris, que a veces podía ser bueno pero volverse maligno si se enfadaba.

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